El domingo 1 de mayo se conmemoró uno de los hitos más relevantes para los trabajadores y trabajadoras del mundo, una de las huelgas más grandes tuvo lugar en el Haymarket en la ciudad de Chicago, movimiento de trabajadores que tenía entre sus principales peticiones la jornada de 8 horas, salario justo y mejora en las condiciones generales de trabajo.

En el transcurso de la manifestación, se presume que estalló una bomba, que mató a un número indeterminado de efectivos de la policía y ello motivó la respuesta armada que abatió a un número indeterminado de trabajadores.

Posteriormente, hubo un juicio, cuya imparcialidad ha sido cuestionada hasta nuestros días, en el que como resultado se condenó a muerte a 8 de los líderes del movimiento. De ellos 1 se suicidaría en su celda y los otros cuatro sufrieron la pena capital de la horca, mientras que los restantes fueron liberados o cumplieron sentencia de cadena perpetua.

En Chile, si bien, el día se declaró oficialmente 42 años más tarde, hubo anteriormente históricas jornadas de protestas de trabajadores, exigiendo también, condiciones de trabajo dignas y salarios justos. Entre las más relevantes, son consideradas: la huelga portuaria de Valparaíso en 1903, la huelga de la carne en 1905 y la masacre de Santa María de Iquique en 1907; todos eventos en que fueron asesinados trabajadores y trabajadoras e incluso sus familias, niñas y niños, sólo por exigir mejoras en jornadas y seguridad en el trabajo.

Según consigna Memoria Chilena, posterior a 1917 los sindicatos crecieron exponencialmente, existiendo más de 130 huelgas entre aquel año y 1920. Luego, mediante la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, más la incorporación al mundo sindical del campesinado, crecieron las demandas de los trabajadores y su impacto en la política del país.