La ansiedad sigue siendo el principal problema de salud mental en Chile, afectando al 24,8% de la población, según la octava ronda del «Termómetro de la Salud Mental en Chile Achs-UC». El estudio revela que las mujeres muestran una prevalencia superior (34,6%) en comparación con los hombres (14%). Aunque las cifras han disminuido desde el periodo de la pandemia, el 17,1% aún exhibe sospechas de problemas de salud mental.
Un 57,1% de quienes reportan ansiedad buscó ayuda profesional en el último año, pero el 42,9% no sintió la necesidad de hacerlo. Las barreras para buscar ayuda incluyen falta de financiamiento, dificultad para conseguir citas y el deseo de enfrentar el problema solos. La depresión también afecta al 13,1% de la población.
Aproximadamente la mitad de quienes experimentan ansiedad o depresión no ven la necesidad de consultar a un especialista, destacando la importancia de mejorar la información y educación sobre la salud mental. La satisfacción con los tratamientos es alta, con un 79,2% de quienes recibieron atención en los últimos doce meses sintiéndose satisfechos. El estudio es longitudinal y se realiza a través de entrevistas telefónicas con una muestra representativa de la población urbana mayor de 18 años.
Impacto de Género
Las mujeres muestran una prevalencia significativamente mayor de ansiedad (34,6%) en comparación con los hombres (14%). Aunque ambos géneros experimentan un aumento en los síntomas, las mujeres siguen siendo más afectadas. La depresión afecta al 13,1% de la población, con una ligera disminución en mujeres y un aumento en hombres desde abril de 2023. La diferencia de género es un aspecto crucial en la salud mental, destacando la necesidad de enfoques diferenciados para abordar estas problemáticas.
El suicidio OJO CON LOS HOMBRES
El suicidio es predominantemente masculino, con tasas al menos tres veces más altas en hombres que en mujeres en la mayoría de los países, siendo la principal causa de muerte para hombres de 20 a 45 años. La brecha de género es evidente en Europa y América, donde las tasas de suicidio masculino superan significativamente a las femeninas.
Factores como la depresión, el desempleo y las normas tradicionales de masculinidad contribuyen a este fenómeno. La ideología masculina tradicional presiona a los hombres a ser fuertes y autosuficientes, dificultando la búsqueda de ayuda y aumentando el riesgo de suicidio.
La depresión, a menudo subdiagnosticada en hombres, se considera un factor de riesgo significativo. La falta de expresión emocional y el estigma asociado a buscar ayuda son desafíos adicionales en la prevención del suicidio masculino. La doctora Anne Maria Möller-Leimkühler destaca la necesidad de abordar las expectativas sociales y autoconceptos asociados con la masculinidad para reducir las tasas de suicidio entre los hombres.
MACHISMO: FACTOR DE RIESGO
El machismo y las expectativas tradicionales de masculinidad, que presionan a los hombres a ser fuertes e independientes, contribuyen significativamente a las altas tasas de suicidio masculino. La ideología de la masculinidad tradicional dificulta la expresión emocional y la búsqueda de ayuda, aumentando el riesgo de suicidio entre los hombres. Abordar estas normas sociales es esencial para prevenir el suicidio masculino y promover la salud mental en la población.