El 13 de mayo de 1647, Santiago fue azotado por un gran terremoto, que dejó prácticamente en ruinas la ciudad. El día 14 de mayo, hombres y mujeres comenzaron a reconstruir y levantar nuevamente la ciudad con una singular energía y entereza. En su honor el año 2009 se declara el Día Nacional de la Ingeniería.
La historia recoge que a partir del 13 de mayo, en medio de la desolación y réplicas del sismo, se organizaron los vecinos para reconstruir la ciudad. Se construyeron nuevas obras de captación de agua, se repararon viviendas, se reconstruyeron el hospital y la cárcel y se levantaron los molinos derrumbados, comprendiendo una gran cantidad de proyectos de ingeniería que hubo que planificar y ejecutar, a la vez que se acordaron las políticas de financiamiento para llevar a cabo las obras, sin depender de la ayuda externa.
Toda esta labor, iniciada el mismo 14 de mayo, se realizó por los hombres y mujeres sobrevivientes, con singular energía y entereza, cooperando también los regidores y oidores, conforme anota la historia, y se estableció un mecanismo de aportes voluntarios en dinero para solventar las obras, que luego derivó en los primeros impuestos establecidos en el país.